DESPIERTA COLOMBIA JOSÉ CASTAÑEDA, COMO LA MAYORÍA DE LOS COLOMBIANOS, AÑORAMOS LA PAZ, PERO SIN IMPUNIDAD, Y.. NO CON DEJACIÓN DE ARMAS, SINO CON ENTREGA TOTAL, PLENA, Y.. VISIBLE DE ELLAS.

La paz en Colombia, es una falsa negociación, donde se abriga toda clase de impunidad, y se legalizan, los delitos y.. crimines de lesa humanidad. Por eso es toda una vergüenza, esa comnidad Internacional; que pasando por encima de la voluntad de las mayorías que rechazamos ese adefesio de falsa paz, la ve cómplice, cobarde y abusiva, al contribuir, en esas negociaciones, apoyando no al pueblo, sino a las Políticas criminales, del corrupto, que dirige los destinos de nuestro país. su diabólica presencia apoyando algo, que más del 70%, de los Colombianos de a pie rechazamos; nos indigna, y nos hace aborrecerlos.

Queremos la paz, pero sin rendición de la patria, ante los asesinos de ella.

Queremos la paz, pero sin postrarnos, ante quienes, han violado centenares de jovencitas, asesinado y violado nuestros menores de edad, a la vez, convirtiéndolos a la fuerza, en sicarios, traficantes, secuestradores, y.. asesinos de sus propios compatriotas.

Queremos la paz, pero con entrega de armas, no con dejación de ellas.

Queremos la paz, pero haciendo que estos viles asesinos, paguen como mínimo, de 5 a 6 años de Cárcel, en sitios, comunes y corrientes, como hacen miles de delincuentes. Y.. que luego de cumplir sus penas, hagan Política, y lleguen al Congreso Colombiano, si el país así lo desea.

No queremos esa paz, llena de retazos, de mentiras, e.. incoherencias.

Respeten al pueblo Colombiano, extranjeros cobardes, porque ustedes, no poseen autoridad moral, para imponernos, lo que les venga en gana, al lado de un gobernante, que como Juan Manuel Santos Calderón No posee, el respaldo de su pueblo.

Si los acuerdos de la Habana, se firman así, como están las negociaciones, los días que vendrán para Colombia, serán tenebrosos, tristes, fríos, y todos de color negro. Pero ni Santos, ni sus Congresistas, ni las Farc, nos arrinconarán, y haremos del plebiscito, un fabuloso espectáculo de burla.