lunes, 1 de septiembre de 2014

¿CUÁL   ES  LA DEMOCRACIA  REAL,  QUE     ESTA  NACIÓN  SE   HALLA  VIVIENDO?
¿   CUÁL  ES  EL  RESPETO     QUE SE DEBE  A LAS MAYORÍAS,  Y  LA LLAMADA MITAD  MAS UNO?  
¿ ES  COLOMBIA, REALMENTE  UN  ESTADO DE DERECHO?.

Porque  un Estado,  no es democrático,  ni se le puede considerar   Estado de derecho,  simplemente, porque cualquiera, pueda escribir,  o  comentar lo que le parezca. Eso es simplemente,  lo que aquí  nos quieren hacer   creer, pero  Permitírsenos  la plenitud, de  ese Estado  Democrático, y el uso real de lo que le llaman (DE  DERECHO), posee sus  inmensas discrepancias  y real aceptación.
La verdad es que la delincuencia a todo nivel, en éste país,  posee más derechos, disfruta de mayor democracia,  y recibe mayores beneficios,  que las incalculables mayorías honestas,  honradas  y trabajadoras  del país.

Despierta  Colombia,  porque todo parece  e indica,  que existe democracia,  y se respeta el sentir de las mayorías,  cuando existe un grupo, o alguien en especial,  que le conviene, esa democracia, ese sentir de las mayorías. Pero cuando no es así,  entonces a sus espaldas, y sin importar lo  que piensen esas  mayorías , se emanan  órdenes, fallos, resoluciones, y distinta clase de  Providencias,  que  pisotean los derechos de las grandes masas,  y los principios fundamentales, y  esenciales en el buen vivir de   la familia, y el hogar.
En todos  los actos que tengan que ver con el interés  Nacional, siempre se ha recurrido a la voluntad mayoritaria,  y al respeto  que   merece, lo que se nos enseñó,   en distintos modus operandi, de las circunstancias discutidas.

Sin embargo hoy, parece  que eso no cuenta,  y se emanan  fallos, que  pisotean intereses  y derechos fundamentales  de esas mayorías. Uno no puede cruzarse  de brazos, y menos guardar silencio, ante el abuso del poder, venga  éste de donde venga.

La adopción  de  los niños en Colombia, es un tema de interés Nacional, el Estado  por conducto del gobierno y sus  diferentes Instituciones,  no puede  llevarlo a cabo, como  le parezca, ni menos pasando por  encima de la voluntad de las inmensas mayorías de la patria.

La problemática de la Sociedad “GAY”,  es un tema de alto interés Nacional, dadas  las cosas que ésta agrupación social, está  pidiendo desde  hace algunos lustros. Entre  esas peticiones, existen  dos  temas,  que requieren el consenso de las mayorías de compatriotas. LA ADOPCIÓN:  Este es un aspecto, que el país, a través de las mujeres, que crean de verdad,  y que sientan que los niños realmente poseen derechos fundamentales inviolables, junto  a sus esposos,  y  toda la familia,  y la verdadera Iglesia,  que sienta que en verdad  está  cumpliendo su misión  cristiana, como una sola voz,  deben salir a defender, esos derechos.

No puede permitirse, que un fallo inconsulto, silencioso  y sorpresivo, venga de donde venga, pueda pasar  por encima de los intereses Nacionales.
La Corte Constitucional,  se creó,  para velar y salvaguardar,  todo lo que tenga que ver con derechos de elevado fundamento, que deben  protegerse  de forma inmediata, dado el peligro eminente, en el que   se encuentren  dichos  derechos. Y, también  para salvaguardar, todo lo concerniente con la Carta Política, con la cual navega la Nación.

La  petición de   una parte de la llamada Sociedad “GAY”, no se halla  en eminente peligro  de fracaso, ni de humillante negativa.  Su exigencia, nada tiene que ver con la discriminación, como se está  pretendiendo  que se vea.
A  los niños, no se les puede entregar, en manos de cualquiera, con el pretexto, de que se vela por su futuro, económico y social. No,  en los derechos fundamentales de todo ser humano, está, el derecho  a la vida, hoy, violado y pisoteado hasta ´por el mismo Estado, a través de su corrupta clase Política.
El derecho a tener un  hogar, una familia,  es otro de los derechos que no puede caer, en vulneración alguna; pero las normas y  la ética, no enseñan que ese derecho, ni ningún  otro, sea  adquirido y defendido a cualquier precio. Ni menos que el niño, sea entregado  como  silencioso  “becerrito” , sin que se le permita, decidir, si esa es, la familia que desea, o no.
Debe  existir  una mínima edad,  para el menor, en  el momento  de la adopción, y ésta  no puede estar, ni ser inferior  a los siete  (7) años,  para que él, en su mediano uso de razón, determine, si está de acuerdo, o no, pertenecer a la familia, que desea adoptarlo. Pero debe hacerse obligatorio, que el  niño, sea enterado, con claridad  y honestidad, quienes van a ser sus adoptantes. Cuáles son las creencias  cristianas, de esa familia, que posiblemente será  el nuevo hogar del adoptado.
En  qué condiciones se encuentran, en   lo económico,  en lo social,  en lo moral, y cuáles son  sus condiciones, e ideas  en lo relacionado a la  sexualidad.
El niño debe saber  plenamente, que condición,  ocupa, el hombre, que  hará  de mamá, y el otro  que va a realizar, las acciones regulares, del real hombre. Igual  debe hacerse,  y prepararse  al niño, cuando los adoptantes sean dos mujeres.
Solo realizando un trabajo así,  sobre el niño, que se pretenda entregar en adopción, se podrá en gran parte, sentir que no se ha pasado por encima de la voluntad, y derechos de la criatura.

Aquí  se tiene  que reflexionar,  con inmensa sinceridad,  y debemos hacernos  varios interrogantes, antes de convertirnos  en cómplices,  y directamente, en asesinos de los valores y derechos de los niños.

¿ En  realidad no me importa, que a ( x)  niños,   los  pongamos en manos de cualquier postor?, ¿Puedo  y debo ser indiferente,  en el futuro cristiano de  esa  criatura,  que hoy entrego  en nombre del Estado Colombiano?. ¿ Están por encima, mis propios  intereses  y valores, sin importarme  lo que será  el futuro  de la criatura  que hoy,  pongo en manos de dos seres, que siendo del mismo sexo,  comparten un estilo de vida diferente al de la verdadera  familia,  que sin duda es, y la forman, un real hombre y una verdadera mujer ?.
¿Será  que  con la entrega  irresponsable de niños,  en manos de estas personas,  nos habremos convertido, en creadores  de nuevos “GAY”,  de nuevos homosexuales?.  Y  Dios sabe, que jamás  he tenido,  ni he sufrido de ninguna fobia, contra ésta  parte de la  sociedad, en Colombia, ni  el mundo. Pero eso no me quita el derecho, ni el afán, de pensar en  lo triste y a un cruel, que es la entrega de un niño,  en manos de desconocidos, sin que el adoptado, haya tenido  el más mínimo derecho de decir, sí, o no, a la familia, que desea su presencia en ella.

Hay  hombres  y mujeres, que vinieron al mundo,  con sus instintos sexuales, perfectos.  Sin embargo,  después,  incluso de haber llegado a la madurez  plena, de sus días, se volvieron, Lesbianas,  entre tanto que ellos, decidieron ,  que era mejor ser  homosexuales.  Es decir,   el mundo logró, arrastrarles  a  su fango.
Hago  esta  consideración,  para explicar,  que no toda la sociedad “GAY”, nació  así.  Sino que muchos, se hicieron, y sus razones, son muy contadas, es decir   mínimas.

Hombres  y mujeres de mi patria, juventudes todas,  lo que está en juego, son los derechos de centenares de niños, que también debemos mirar  y sentir, que son futuro de ésta Nación. No podemos aceptar,  que sea la Institución, que sea,   se aproveche de su poder, para imponernos, la aceptación  de la entrega de niños en adopción,  sin existir  una clara protección, a los derechos de estos, y sin que ese futuro ser, que se  dará en la citada adopción, pueda decidir, sobre si sí, desea  esa  familia  que lo pretende, o  no.

La  Sociedad   GAY,   es merecedora,  de todos los derechos,  en cuanto a  salud,   a no ser molestados,   en  ningún lugar de  nuestro Territorio Nacional,  a  heredar, lo que su compañero, o compañera le deja,  cuando uno  de éstos fallezca.
Tienen derecho, ahí  sí,  a no ser discriminados, en  la educación,  en el derecho al trabajo,  al empleo,   a las Políticas  y programas de índole Social, que establezca  el gobierno, sea Nacional, Departamental, Distrital,  o Municipal.
No puede permitirse, discriminación, en ningún  lugar Público, ni privado,  en cuanto al estar de  éstos, en dichos sitios, siempre y cuando respeten, los derechos, de quienes no son miembros de sus formas de vida.
No puede discriminárseles  de su deseo  y voluntad, en la escogencia de cualquier carrera, u/ o  profesión,  en la Universidad Pública  o privada, que  escojan,  para la realización de sus estudios.
Debemos defenderles sus derechos, en todos los aspectos de sus vidas.  Excepto, en cuanto al matrimonio entre parejas del mismo sexo, ni la adopción  de niños. Esto hasta tanto  no se haya contado con una discusión  amplia,  real, democrática,  de toda la Sociedad Colombiana. Y,  cuando se dice toda la Sociedad  Colombiana, estamos refiriéndonos, a que quienes moran en los campos de la patria, también sean  tenidos en  cuenta  en la discusión  de tan delicados temas.

Colombianos,  mujeres madres de  mi patria, esto no es algo que nos lo pueda venir a imponer la Honorable Corte  Constitucional, y sus imponentes Magistrados. Pues  ellos, también se deben a nosotros, somos el pueblo, los que sostenemos su costosa existencia económica, en esa  Institución.
Por lo tanto no pueden violar  a punta de presuntas “JURISPRUDENCIAS, AUTOS  Y  DISTINTOS FALLOS”,    NUESTRA VOLUNTAD, VALORES Y PRINCIPIOS.   NI IMPONERNOS SU VOLUNTAD, SIN TENER,   EN CUENTA  LA NUESTRA.
Aquí  no estamos buscando imponernos, al fallo contra un delincuente, aquí nuestro disgusto consiste,  en que lo pretendido, por la llamada Corte Constitucional, a través de sus Magistrados, desconoce  de frente, el sentir de las mayorías de la patria,  en  un tema, que es innegable, posee inmenso  interés Nacional.

Al pretender desconocer  la voluntad popular,  en algo que es de su  incumbencia , se le están violando sus derechos, democráticos,  y sus derechos a la participación, en los asuntos, que tienen que ver, con la vida y el transcurrir  de la familia.

No nos cerramos  tercamente,  al  no, en los ya mencionados dos temas;  pero esto se tiene que discutir, y analizar su conveniencia, o no, junto a los representantes de la  iglesia, tanto Católica, como la llamada  iglesia  Protestante. Y  junto a ellos, el pueblo en su totalidad, y su concepto debe ser el que se imponga, por encima de  los  intereses,  de quienes por distintas razones, no les agrada mucho el interés, de lo mayoritario.

Sí, a todos los derechos de la Sociedad “GAY”. Excepto, los ya referidos.
No a la imposición  de fallos, que atentan y vulneran la voluntad del pueblo, la Iglesia, y la de una gran parte de las mismas Instituciones del Estado.

No rotundo, a que esto, sea solo tema de un grupo, que como la Corte Constitucional,  y el Congreso de Colombia,  así, lo desmientan, poseen  intereses  guardados.
Creo sin temor a dudas de ninguna índole en mí,  que el interés, de quienes  se precian, miran   y  oyen  con altivez, desde sus sillas, a las mayorías del pueblo, investidos  de Magistrados, es el de hacerle sentir a los ciudadanos, que ellos son Jueces de muy  alto  rango, que por lo tanto sus  fallos son de inmediato cumplimiento. Que  su voz,  es como la voz de Dios, no puede ser discutida, ni refutada,  so-  pena, de consecuencias sobre  quién  se atreve  a  hacerlo.
Qué   pena, señores de la Corte Constitucional  Colombiana, pero  en esta ocasión,  haremos hasta lo imposible, e iremos a las consecuencias que nos sean necesarias, para lograr, que en temas  tan  importantes, seamos  escuchados, y respetados nuestros conceptos y derechos; pues por encima de toda voluntad en la tierra, están  los derechos, y principios sagrados de la  niñez,  la familia  y el hogar.
Los dos temas que hoy enfoca  “Despierta Colombia José Castañeda”,  no pueden ser definidos,   Ni por la Honorable Corte Constitucional, usando su libre y poderoso  albedrío,  ni menos, concederle  al Congreso de Colombia, haga en este aspecto lo que mejor  le parezca.
El interés, Politiquero, y económico, de la mayor parte de quienes integran el Congreso Colombiano,, nos ha vuelto desconfiados, pero además, es  algo, que  al pueblo incumbe, y debe estar presente, con voz y voto,  en la definición de un sí, o un rotundo no.

Despierta Colombia José Castañeda, espera ver  a  la  Sociedad Colombiana, en pleno,  haciendo oír su vos, y haciendo valer sus derechos,  en lo que concierne al hogar, y la familia.
Espera igualmente, que toda la llamada  familia Cristiana, se haga sentir, a través de sus respectivas  Iglesias, y creencias.


VAMOS  A VER SI POR FIN, EN TEMAS QUE TOCAN  A LA FAMILIA, A LOS NIÑOS, LOS COLOMBIANOS DESPIERTAN Y  ACTUAN   EN LA DEFENSA    DE LO QUE  LLAMAMOS  FAMILIA Y  HOGAR.

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