miércoles, 22 de octubre de 2014

¿  HASTA  DONDE  VA   LA IGLESIA  CATOLICA,  Y LAS DEMAS  IGLESIAS  LLAMADAS  CRISTIANAS?.  ¿C UÁL  ES SU PREDICACIÓN  FRENTE  A  LA  LUZ  DE  LAS SAGRADAS  ESCRITURAS   Y  CLARAS  ENSEÑANZAS  DEL  HIJO DE DIOS  “ JESUCRISTO”?.  Y,  ¿ CUÁL ES SU REAL RESPONSABILIDAD, ANTE DIOS,  Y   ANTE LAS MULTITUDES, QUE LES SIGUEN, Y LES ESCUCHAN SUS
 PREDICACIONES?.

¿ PREDICA LA IGLESIA  LAS  DOCTRINAS  DEL  LLAMADO “ REDENTOR  DEL MUNDO”,  O SIMPLEMENTE ES UN  PENSAMIENTO, UN EVANGELIO  A  COMODADO  E HIPOCRITA, EXPRESADO POR QUIENES SE PRECIAN DE  SER LOS DUEÑOS DE LA PALABRA   DE DIOS?.

Hoy   “ EL PAPA”,  desde  su Sede  en Roma,  llama  permanentemente,  a que la iglesia,  por lo  menos  la que él, gobierna, sea más abierta, más pluralista. Sin embargo, muchos de sus mensajes, crean gran confusión, entre sus mismos subalternos dentro  del  Clero.
Se preocupa el Jerarca Católico,  por  los “ Gay,  los homosexuales”, y por una infinidad  de seres, que consideramos  se hallan en la “perdición”. Y expresa  el llamado “Sumo Pontífice”;  su angustia, su afán,  porque ésta clase de personas, sean aceptadas  en su  iglesia. Con todo  respeto, pero me parece, que  es demasiado inocente, el  ilustre Ministro principal de la iglesia católica, o  se  quiere hacer  el que no sabe,  que de hecho,  desde  épocas remotas,   ya  toda clase de  “MALANDRINES”, visitaban y hasta permanecen dentro de esa Institucionalidad  católica, que   por innumerables  décadas,  existe en la tierra. Pero claro, se tiene que decir:   que no hay, ninguna  iglesia,  llámese  Católica, Cristiana, Pentecostal,  Evangélica,  o de “ALA”,  donde toda  esta clase de criaturas, que le preocupan  al  gobernante de la Iglesia Católica,  no entren, no eleven sus manos, no canten, no comulguen, no confiesen  sus pecados, no hagan penitencia, etcétera, etcétera.
Todos los santos días de nuestra vida, donde quiera  que se está,  según se dice, honrando  el nombre de Dios, toda esta  clase de personas está allí, es imposible negarles la entrada,  a cualquiera  de las  iglesias del mundo, igual cualquiera sea  su razón  cristiana,  entran, asesinos, hampones de toda pelambre, estafadores, “Maric…,  cacorr…, violadores,  terroristas, ratas   de cuello blanco,  y en fin, de todo  como “ en botica”.
Entonces  el Papa, no debe  preocuparse, si los llamados malos  entran o no, en su  Iglesia; de hecho, como ya lo expuse, siempre han entrado, y no solo a ella. Entonces lo que debe  preocupar al llamado “Santo Padre”,   es  ¿ cómo se está haciendo, para que todas estas personas, sigan en sus respectivas iglesias, pero no sigan, en su mundo  miserable,  de tinieblas, en el que siempre han permanecido,  a pesar,  de ir a misa, a cultos, y realizar ayunos, e incluso obras de caridad?.
Quienes  ministran, y dirigen,  las distintas iglesias en el mundo, deben ser honestos, sinceros, dar ejemplo de vida, ser claros en lo que de Cristo enseñan, y  vestirse de toda autoridad  divina, no humana, para predicar, un evangelio realmente, ceñido, a lo que está  en la  proclamada palabra de Dios,  que no es otra cosa,  que la contundente  verdad, sobre cómo, es que se puede llegar, a la presencia del Altísimo que se predica.
 No puedo creer   que el Papa,  de los Católicos, crea, ni por un solo momento, que alguien se pueda salvar, o,  alcanzar la gloria, de la que hablan las  Escrituras Sagradas,  simplemente porque  va a la iglesia “ X”.
Ninguna iglesia salva, ninguna iglesia, tiene poder para conducir al cielo. Como tampoco, ninguna iglesia, puede preciarse de ser la verdadera, donde  se enseña la doctrina de Cristo.
Cualquier ser sobre  la tierra, puede estar completamente convencido,  que  no existe Pastor, ni  Sacerdote,  n i el Papa con todo su poder sobre una  inmensa parte de la tierra, que pueda garantizarle la llegada,  “ AL PARAÍSO  SOÑADO”.  La salvación,  si es que ella existe como yo lo creo, solo puede dársela  uno  mismo. Entendiendo, y creyendo desde lo profundo del alma,  a lo que se refería el  “MESÏAS SAGRADO”, cuando  exigía,  que quien quisiese  ir  al cielo, debería  nacer de nuevo. Dios es perfecto, porque Él, es la misma perfección, Dios  es puro y Santo,  porque Él, es la misma  pureza, la misma Santidad. Es por eso, que nada impuro, ni   sin  limpiarse,  llegará a su presencia, ni se sentará, en su reino.
El nacimiento nuevo del que habló  Jesús, el divino  “ mártir de la cruz”,  hace clara, y absoluta referencia,  al arrepentimiento profundo, sincero,  real,  honesto, y verdadero, de todas y cada una, de nuestras pecaminosas, y criminales formas de vida,  que hemos llevado, desde que comenzamos, a poseer  uso de razón.
Nadie puede llamarse a engaño, puede ir a la iglesia que vaya, puede ayunar  las  horas, los días, y los tiempos que quiera; pero si no ha decidido,  para su vida,  cambios profundos  espirituales, que le permitan ante el Padre  Celestial, ser una criatura  que nació  de nuevo, en lo limpio, en  lo santo  para el señor, es casi, que imposible, que esté cerca de su salvación.
En esto  la iglesia, llámese como se llame, no puede ser, tibia, caliente y fría, a la vez.
Quienes se proclaman Ministros de la  palabra de vida, solo pueden  estar, en un solo estado climático, espiritualmente hablando, porque Dios detesta en lo espiritual, a quienes permanecen  predicando su palabra, y habitan entre los tres “climas”. Es decir; son calientes, tibios y fríos, al tiempo.  En  los caminos del señor,  no existe medio negro, ni medio blanco; o se es negro, o se es blanco,
En el sentido figurado de la palabra de Dios, ¿cuál  es la “GREY”?.  Simplemente  es, la  misma raza humana. Y  a esa llamada raza humana,  la tienen que cuidar, y responder por ella, los llamados  “pastores de ovejas”,  que cada día,  se ven menos leales a su obligación cristiana, y   son  mentirosos, y le dan interpretaciones a las escrituras  sagradas, buscando  acomodarlas  a sus intereses ambiciosos, que les permitan gran acumulación, de grandes capitales económicos.
No son humildes, siempre están ocupados para atender  a quienes requieren de sus consejos,  y ayudas espirituales, no predican el evangelio de Cristo, sino que su predicación, es siempre una prédica, con mensaje de hombres para hombres, buscan los primeros puestos, se han convertido,  en buscadores de poder, aman la adulación, les gusta sentarse en los primeros puestos,  y miran por encima del hombro al infeliz.
Quienes están al frente de las iglesias,  sea católica,   Evangélica, o como se llame,  solo les afana que en sus cultos, misas, o demás rezos, no esté llena, simplemente porque,  no les va bien en la recolección  económica. Pero  aquello,  que tiene que ver, con mirar, y saber, cómo están  mis “OVEJAS”,  en lo espiritual, delante del Rey de Reyes, eso después  lo miramos.
Triste es decirlo;  pero la verdad  no puede ocultarse, y menos cuando de Dios se trata,  veo, una iglesia, con Ministros, que se hacen llamar, Sacerdotes, Obispos, Pastores,  Capellanes, y no sé qué más, preocupados, netamente de los asuntos y afanes del mundo, pero lejos, de su “GREY”.
Señores de la iglesia, llámese Católica,  o de la índole que sea, no es la cantidad que entra a su casa de oración, la que otorga la salvación,  no será  mas bien,  que se debe reflexionar,  sobre  cómo ustedes  llamados Pastores, Sacerdotes  y Ministros, de la palabra de Dios, guían  a sus criaturas, ¿y cuál, es la verdad, con que le hablan  sobre los caminos, no muy suaves, que al decir  de la “BIBLIA”,  conducen al cielo?.
Hay  quienes creen, que por llenar la llamada Plaza de San Pedro en Roma para oír  al Papa,  ya   son los elegidos de Dios. También en millones se cuentan los que creen, que como tocaron la túnica del  Jerarca Católico, ya están  más cerca del cielo, que los que no lo hemos hecho.
Pues, duela o no, se tiene que decir, que podrán muchos besar los pies del llamado “SUMO  PONTIFICE”,  del  Sacerdote que sea, o el Ministro de la Iglesia que sea,  y  podrán lavárselos todos los días,  podrán pelarse las rodillas,  yendo  desde los atrios de las iglesias, hasta el altar, si su forma de vida,   sigue en el mundo del vicio, del crimen, de la estafa,  de la violación de niños, niñas, y demás,  semejantes,  si se continua en el “mariquismo,  y  viviendo todo lo impuro, lo imperfecto, delante de Dios, no será contado en el   reino de  Jesús, el Salvador.
No lo dice éste simple  y pecador escribiente, lo dice, lo sentencia, y lo expresa, lo que los mismos Sacerdotes, Papa, y demás Ministros de las distintas iglesias, nos enseñaron, que  era, y es, la  palabra de Dios,  llamada “ LA SANTA BIBLIA”.
Lo  que debe preocuparle al  llamado “ Santo Padre”,  es, ¿qué está haciendo la iglesia de Dios, a través de sus Ministros, para resolver el enigma  que están ocasionando  aquellos que  hoy  reclaman igualdad,  en  el derecho al matrimonio?.¿ Y  qué hacer, para que  entiendan, que podrán lograr, que se quebrante este divino y sagrado “SACRAMENTO”   haciendo  que dos seres del mismo sexo,  sean , por un Patriarca  de la iglesia, que sea,  declarados, os uno, hombre,  y hombre, o, os uno, mujer, y mujer,  pues  jamás podrán decirles; “os uno  marido y mujer”, ya que no lo  son?.
Si los que predican  las enseñanzas de Jesús hijo de Dios, les preocupa tanto, que la sociedad, lesbiana, gay, y homosexual, tenga participación en los asuntos  de la iglesia, y su prédica evangélica,  deben entonces, salir  con valentía, a expresar cuál es el real concepto   que como Ministros de la palabra Santa, tienen  de Dios.
Y  si  su concepto es, que Dios es perfección, de toda perfección, deben entonces anunciar,  con valor, sin vacilaciones, que quien no cambie sus modos pecaminosos de vida, no puede ser miembro  de la iglesia, pues como representante de Dios, y su palabra, ella, la iglesia, también debe ser perfecta, en todos sus lineamientos evangélicos. No hacerlo claro, concreto,  ante los desafíos que el diablo y el mundo le están imponiendo a su directriz cristiana, es convertirse  la iglesia del señor, en una llamada “RAMERA”, como lo habla  la misma  palabra de Dios.
Sé que hay muchos que hasta en la misma iglesia, dicen: “ Jesús, siendo el hijo de Dios, abrazó  a la Magdalena”,  estuvo  y compartió, con todos los pecadores, se sentó  con ellas y ellos, y era  a ellos, y  a  ellas, a quienes llevaba  su predicación, e incluso,  escogió,  hombres,   de no muy buena reputación , para que fuesen sus discípulos”. Verdad, de toda verdad. Pero  sin duda, sesgada   y muy mal interpretada la acción del Señor Jesús.
Sí, abrazó  a la Magdalena, pero a  ella, como a todos los que desearon seguirle, sin engaños,  sin escondites,  ni hipocresías, les dijo:  “  Yo  os perdono, id, y  venid a mí, y no pequéis  más”.
Así, que no fue  que los mantuvo  a su lado, les habló del reino, y los dejó  seguir viviendo su mundo pasado. No, si querían seguirle, debían  dejar su pasado oscuro,    y de esa forma  entrar en el sendero  de la salvación. Bienvenidos  todos sin excepción, a la Iglesia de Cristo;  pero  sabiendo  que al  entrar  en ella,  deberán  cambiar sus formas de vida, para que de esa manera, se cumpla lo expuesto por el Mesías  Redentor. Cuando con autoridad  y como el más puro, sin vacilaciones,  dijo a todos;  “NACED  DE NUEVO  Y ENTRARÉIS  A MI REINO”.
Fue  esa expresión, toda una sentencia, debemos nacer de nuevo. Y ese  nacimiento, solo puede alcanzarse,  en el espiritual, en el sincero, profundo y real arrepentimiento, de todo lo malo que debajo del  Sol, siempre hacemos.
Si no hay, ese nacimiento, ese arrepentimiento, no habrá salvación, y ninguna Iglesia, a través de sus Ministros, por encumbrados que estos sean, pueden,  enseñar algo diferente, a lo que escrito está, con relación a la Salvación,  en la  “ BIBLIA, QUE ES DESDE  LOS TIEMPOS MÁS REMOTOS DE LA HUMANIDAD, EL LIBRO CONSIDERADO, LA  PALABRA DE DIOS”.

En concreto digamos;  que nadie puede asegurar quien  va al cielo,  y quien al infierno de fuego: Pues Dios  en la  persona divina del  Mesías, (Jesús), cuando le preguntaron sobre la salvación del alma, respondió:  “Ese día, habrán  grandes sorpresas,  los que se crían  ascendiendo, descenderán,  y aquellos  que se creían  descendiendo,  ascenderán”. Pero lo que sí, se puede asegurar, y la verdadera Iglesia  de Cristo, no puede darse el lujo de desmentir, es que si no existe un Nacimiento nuevo en nuestro ser, no habrá tal esperanza de  salvación.

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